Raúl Morales Maruri


    Ser cirujano taurino termina por convertirse en perentorio, en lo central de la vida de todos los días.
     Llega a ser tan importante que ocupa tu pensamiento a diario y te tiene pendiente de tus heridos, de las visitas a las clínicas, de los compañeros que harán falta el próximo día de corrida, los materiales, del planning del més, del fin de semana...
     Fin de semana... quien se dedique a esto no puede saber lo que es un fin de semana.
     Pero al otro lado de la balanza, en el otro platillo, está tu nueva familia. Casi sin darte cuenta te has convertido en uno más de ellos. Le perteneces tanto al becerrista como al banderillero.... y sufres por ellos. Pasas parte de su miedo. Preparas para que no ocurra lo que podría ocurrir...Nadie sabe el miedo que puedes pasar.
     Y al fin de cuentas te encuentras con que hay un montón de personas, gente de toro, que te subliman por encima de tus reales posibilidades, que te quieren a muerte y que al final te han involucrado en su mundo, en su veneno y ya formas parte como los demás del puzzle del mundillo del toro, del que todos formamos parte porque además nos vemos siempre y en todas partes, día a día......toreros, médicos, banderilleros, taquilleros, vendedores de pipas.......siempre los mismos.
     Y al final; al cabo de la vida, ya casi de vuelta, te quedan los ratos pasados. Los buenos y los menos buenos. Los sustos y la labor llevada a cabo. Los asistidos la cantidad de asistidos, que cuando estás en un ruedo siempre hay unos cuantos. Grandes figuras, figuras que pudieron llegar a ser, figuras que nunca podrían haber llegado, figuras que pasaron....
     Te das cuenta que asistes hoy a los que podrían ser la segunda o tercera generación, de las que pasaron. Te das cuenta que alguno que otro ya no está.
     Creo firmemente que con los compañeros que nos han precedido en corto tiempo, hemos dignificado con largueza, las enfermerías de las plazas de toros que heredamos.
     Después de casi 30 años de ejercicio de nuestra actividad en medicina taurina a lo largo y ancho de Andalucía occidental, podemos decir con orgullo que han sido muchos los compañeros que nos han acompañado en nuestro menester.
     Pero sin dudarlo merece especial atención uno de ellos por su valía sanitaria, así como también por otros condicionantes al margen.

    Un Héroe. Médico taurino

     COMENDADOR de la Orden de Vasco Núñez de Balboa.

    En las polvorientas tardes de canícula en el Agosto Andaluz, se nos va haciendo usual encontrarnos por esas carreteras polvorientas con Don Alcibíades.
     Los taurinos ya sabemos que es de los nuestros; siempre en los callejones, sin perder detalle y siempre dispuesto a suturar o vendar al primero que se tercie.
     Pocos sabemos que hace 35 años D. Alcibíades Picota Carrillo, cuando solo era Al, un estudiante de 17 años protagonizó junto con 5 compañeros una de las páginas de la Historia de su País de origen, que al cabo del tiempo lo llevaría con estos a alcanzar la máxima Condecoración de su Patria. Equivalente a la Ordende Isabel la Católica Española.
     Los Zonies (Estudiantes, hijos de estadounidenses nacidos en la zona del Canal).
     Impiden que en una zona de soberanía Panameña se ice frente a su Instituto la bandera de este país junto a la enseña norte americana.

    Esto ocasiona una protesta estudiantil en el cercano ámbito de los institutos cercanos.
    Se forma una comisión de 6 alumnos. Junto a policía panameña se les encomienda llevar el símbolo patrio al lugar que le corresponde.
    Llegan y no pueden realizar su cometido Los Zonies se arremolinan a su alrededor, acaban de salir de clase. Agreden...
    La comisión se vuelve. La bandera cae arrebatada. Rota. Las camisas de los comisionarios jirones. Palos y Palos. Carreras. Desbandadas...
     A los pocos minutos se desata la masacre. Cayeron Muchos. Llueven las balas de los infantes de Marina. Muertos.
     Incluso de la comisión. El muchacho subía entonces una alambrada con la bandera, con su bandera. Cayó desde lo más alto de la alambrada. Bala de infante de marina. Bala asesina.
     De todas maneras eran otros tiempos. Pero las balas, balas.
     Imperialismo. Se repetiría en otras patrias.
     Más de quinientos heridos.
     De esa salió. Al. Te respetó la lluvia de fuego.
     Aquí tienes otro fuego. El del sol. El calor.
     Y tus amigos. Los amigos de tu equipo médico taurino.

    Que sepas que nos honras.
    Señor Comendador. D. ALCIBIADES PICOTA CARRILLO.
    Ex Cónsul de la República de Panamá en Sevilla

    Para: www.torosur.com

    De: Raúl Morales Maruri